Los encofrados son las estructuras auxiliares más usadas en la construcción porque evitan los asientos y deformaciones del hormigón. Además, lo contienen y soportan desde su estado fresco hasta su endurecimiento. Está dividido en la piel encofrante, panel, microrrigidización, macrorridigización y soporte del encofrado.
Sus características más destacadas son:
Su resistencia a grandes carga
Son indeformables con las presiones del hormigón
Evitan pérdidas apreciables de lechada o mortero
El encofrado finaliza su función cuando el hormigón ha ganado suficiente resistencia, sin embargo, se puede dejar en su sitio en situaciones específicas, a este proceso se le conoce como “encofrado permanente”. Por otro lado, hay momentos en los que no es necesario encofrar como: la demolición de un muro o el reforzamiento de una estructura metálica.
Las funciones del encofrado
- Servir de molde para obtener el diseño previsto.
- Impedir la pérdida de lechada y dinos durante el fraguado.
- Asegurar la correcta colocación de armaduras y recubrimientos.
- Resguardar al hormigón de temperaturas extremas.
Los encofrados pueden llevar múltiples beneficios a su construcción. Minimizan los tiempos de creación del proyecto y ofrecen estabilidad estructural a cada carga. Además, dan accesos seguros a los trabajadores de la obra y garantizan la calidad del área construida.
Estos sistemas se dividen en 3 etapas: montaje, traslado y colocación. Su clasificación depende del tipo de material con el que es construido: madera y metal. Los encofrados en madera tienen menores rendimientos frente al metálico con respecto al costo y versatilidad.
Los encofrados metálicos son suministrados por empresas especializadas en estructuras metálicas y pueden suplir necesidades específicas. Sin embargo, no se recomienda mezclar los sistemas por su estructura y funcionalidad.
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